Antes de empezar cualquier trabajo, hay una primera tarea: facilitar el presupuesto.
Muchas veces nos hemos encontrado a clientes que pensaban que determinados trabajos no merecían la pena porque su precio
iba a ser muy elevado, tomando referencias erróneas y calculando por su cuenta, sin preguntar en ningún momento el coste.
Es algo que nos ha pasado a todos, incluso en el ámbito privado. Un arreglo en casa que creemos que no nos estorba tanto y que por tiempo, o por dinero, no merece la pena. De pronto un amigo o familiar nos aconseja al verlo y resulta que el desembolso supone la tercera parte de lo que pensábamos, y el tiempo, igual, es muy inferior al estimado inicialmente.
Es entonces cuando nos decidimos a solucionarlo y de pronto nos damos cuenta de que esa lámpara rota, o esa puerta que no cerraba
bien, cuando se arreglan, nos facilitan bastante la rutina diaria.
Ocurre parecido con esos bolígrafos personalizados que uno no se anima a hacer para regalar a sus clientes. O con esas felicitaciones
de Navidad que hemos hecho llegar sólo por e-mail. “Nadie lo hace hoy en día”, “No merecerá la pena” o “No es época de gastos” es lo primero
que se nos viene a muchos a la cabeza. Pero, ¿y si nos decidimos a marcar la diferencia, buscando nuevas vías de comunicación en nuestras relaciones laborales?
Al final, la publicidad – nos guste o no – es algo en lo que debemos centrarnos en mayor o menor medida, y de diferentes formas, para sacar adelante nuestros negocios.
En DOFIMAT tenemos claro que en esta época cada encargo supone de alguna manera un esfuerzo económico para vosotros,
y por eso mismo, tratamos cada petición de manera totalmente personal, con el cuidado y la atención que merecen para que salgan adelante de la
mejor manera posible.